Mientras la población mundial de insectos melíferos disminuye de forma dramática, dos hermanos tienen una tecnología para cultivar el producto en un laboratorio.
Mientras crecían en una granja, los hermanos Ofir y Efrat Dvash no sabían que el trabajo de su vida reflejaría el significado de su apellido.
Es que dvash en hebreo significa miel y Bee.io, el nuevo negocio familiar, se trata de hacer miel sin abejas.
Ya no es ningún secreto que las abejas están en problemas. Sendos estudios de 2021 revelaron que desde 1990 hasta hoy, el 25 por ciento de las especies de abejas conocidas han desaparecido.
Las aproximadamente 20.000 especies de abejas son el grupo más importante de insectos polinizadores en la Tierra, y contribuyen a alrededor del 85 por ciento de los cultivos.
El problema, le dijo Ofir Dvash a ISRAEL21c en Español, es que solo siete de esas 20.000 especies producen miel.
Con la esperanza de maximizar el rendimiento de las abejas por su dinero, los agricultores se centraron de forma casi exclusiva en esas siete variedades para que sus abejas puedan cumplir una doble función: polinizar frutas y flores, y producir miel cuando regresan a la colmena.
Eso llevó a una situación en la que las abejas son manipuladas de manera insostenible. Un ejemplo son los granjeros que inseminan a sus abejas de manera artificial en vez de dejarlas hacerlo del modo natural.
Estudio revela por qué están muriendo las abejas
“15 años atrás, EEUU podía producir el 70 por ciento de su consumo de miel. Ahora sólo consigue fabricar el 30 por ciento. Este es un gran problema ambiental” – Ofir Dvash
“Eligen el esperma de la misma especie. Después de generaciones de hacer eso, las abejas se volvieron muy débiles y sensibles a los virus. Así, de golpe, habrá una colmena saludable pero todas las abejas morirán porque un virus las ataca”, explicó Ofir Dvash.
Esos mismos virus también infectan a las abejas silvestres. Como resultado, el 50 por ciento de este tipo de polinizadores de Europa está al borde de la extinción. “Y los que quedan son bombardeados a antibióticos, pesticidas y otras toxinas peligrosas para la salud humana”, indicó el apicultor.
A menudo, las granjas de EEUU terminan el año con solo el 50 por ciento de sus colmenas originales. “15 años atrás, EEUU podía producir el 70 por ciento de su consumo de miel. Ahora sólo consigue fabricar el 30 por ciento. Este es un gran problema ambiental”, señaló Dvash.
Gran demanda de miel
Las cosas se vuelven peores ya que la demanda de miel no ha hecho más que aumentar a medida que las preocupaciones sobre el azúcar blanca empujan a los consumidores a alternativas más saludables.
“La miel es el súper alimento más amado. Cuando se consume azúcar, solo se obtiene placer pero no mucho más. La miel ayuda a la salud”, dijo.
Solo EEUU consume unas 400.000 toneladas de miel al año. En todo el mundo, el consumo es de cerca de dos millones de toneladas.
“La oferta no puede satisfacer esta demanda, por lo que los precios aumentan muy rápido. En los últimos diez años, los valores casi se duplicaron, lo que convirtió a la miel en un producto premium. Queremos permitir que todos tengan diferentes tipos de miel y distintos sabores a precios razonables”, reveló Dvash.
Parte del problema es que las abejas no son productoras de miel muy eficientes. De acuerdo con Dvash, 12 abejas pueden producir apenas una cucharadita de miel durante toda su vida, y una colmena puede crear hasta 35 kilogramos al año.
Entonces, ¿cuántas colmenas se necesitan para dos millones de toneladas de miel?
La razón por la que producen tan poco es que la miel está destinada a sustentar a las abejas durante el invierno cuando no hay flores de las que obtener néctar.
“El problema es que estamos tomando su miel. ¿Qué sucede ahora en invierno? Se mueren de hambre”, remarcó Dvash.
Miel cultivada
Es por todo el cuadro que Bee-io tiene como objetivo resolver este problema complicado desvinculando la producción de miel del trabajo principal de polinización de las abejas.
La compañía produce miel cultivada imitando el proceso natural de las abejas. El néctar recolectado de las plantas se filtra y se inserta en una máquina de biosíntesis donde se mezcla con enzimas específicas y se evapora, lo que da como resultado la miel.
Las enzimas se producen mediante un proceso de fermentación, lo que hace que el producto de Bee-io sea verdaderamente vegano.
La miel de Bee-io tiene las mismas vitaminas, minerales y antioxidantes que la “real”, pero sin los aditivos antibióticos.
“Debido a que podemos elegir de qué plantas y flores hacer la miel, podemos establecer el sabor. La naturaleza no puede hacer eso”, añadió Dvash.
La miel cultivada de Bee-io también está libre de peligros potenciales si una abeja recoge néctar de una planta venenosa. “Es por eso que los niños menores de un año no pueden comer miel. Nuestro producto puede ser consumida por cualquiera”, resaltó.
Precios más bajos
La máquina productora de Bee-io está aún en la fase de diseño, pero eventualmente la compañía planea construir instalaciones en EEUU primero y más tarde en otros países para producir grandes cantidades de diferentes variedades.
Esas mieles cultivadas costarían menos que sus contrapartes hechas por abejas, incluidos tipos exóticos como la miel de manzanilla, café o manuka, que cuesta hasta 3.300 shekels (unos mil dólares) el kilo.
Bee-io introducirá su miel en el mercado a través de un modelo de “empresa a empresa” (B2B) en el que suministrará materia prima limpia que los fabricantes de alimentos pueden utilizar en sus propios productos, y con un modelo B2C donde Bee-io crea sus propias marcas para que los clientes compren de forma directa.
Dvash explicó que espera que las ventas comerciales comiencen en 2023 después de superar los obstáculos regulatorios.
Criados en una granja
Los Dvash crecieron alrededor de las abejas en el moshav Hatzav, cerca de Gedera. “Soy hijo de un granjero. Teníamos un invernadero y usábamos diferentes tipos de abejas, pero solo para la polinización”, le contó Ofir Dvash a ISRAEL21c en Español.
Dvash pasó 12 años trabajando con productos militares y luego como jefe de tecnología del GKI Group, donde ayudó a desarrollar emprendimientos como CozyFlow, una familia de productos para padres, y la destilería Milk and Honey, la primera de whisky de Israel.
Por su parte, Efrat Dvash tiene un doctorado en genética molecular del Instituto Weizmann de Ciencias y dirigió el Laboratorio de Investigación Traslacional del Cáncer de Mama en el Centro Médico Sourasky de Tel Aviv.
Fuente: Israel21