Por Yehoshua Kalinsky
La guerra entre Israel y Hamás, se destaca por la amenaza de misiles antitanques disparados en el sur por Hamás contra las fuerzas que maniobran en los diversos sectores de combate y por Hezbollah contra fuerzas móviles y estacionadas, puestos de avanzada e incluso diversos objetivos civiles.
Estos ataques han provocado lesiones y daños a la infraestructura militar y civil.
Al ser una herramienta de ataque eficaz, el arsenal de misiles antitanque plantea un desafío para las fuerzas de combate y, en gran medida, para la infraestructura civil que se encuentra dentro de su radio de impacto.
La principal arma antitanque utilizada por los elementos terroristas en el sur y más aún en el norte es el misil antitanque Kornet o sus versiones mejoradas, que provienen de misiles suministrados a Irán por Rusia.
Estos sistemas son portátiles y fáciles de operar.
El Kornet es un misil con múltiples capacidades destructivas que fue diseñado y construido en base a las lecciones de la guerra rusa en Afganistán y entró en operatividad en el ejército ruso en 1994.
Es un misil que se «monta» sobre un rayo láser, que lo dirige con gran precisión hacia su blanco con pequeñas correcciones de rumbo en casos de desviación del objetivo.
Tiene un alcance efectivo de 5 a 8 km y lleva una carga hueca de 4,5 kg en su morro [nariz], además de explosivos para una ruptura inicial del blindaje antes de la explosión principal de la segunda carga dentro del tanque.
Se trata, por lo tanto, de un mecanismo que contiene un explosivo devastador que funciona en dos etapas o una ojiva termobárica que contiene una nube inflamable de virutas de metal y es capaz de penetrar acero de 1 metro de espesor.
El misil Kornet representa una amenaza para los vehículos blindados y tanques, y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) logran neutralizarlo con mucho éxito con el sistema Trophy/Winbreaker (Trofeo/Rompeviento) y otros métodos.
El desafío en la campaña actual surge cuando el Kornet se utiliza contra instalaciones militares y objetivos civiles, lo que se ha convertido en un evento casi diario en los últimos 60 días.
Fuente: INSS – Institute for National Security Studies