Fue una bioquímica argentina pionera en el campo de los radicales libres. Revolucionó la ciencia, postulando su teoría sobre la toxicidad del oxígeno. Fue candidata al Premio Nobel de Fisiología y Medicina. En su honor todos los años el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación entrega los Premios Rebeca Gerschman en distintas áreas a mujeres como reconocimiento a la labor profesional realizada en ciencia y tecnología.
Nació el 19 de junio de 1903 en la colonia judía de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, Argentina. Se graduó en “Bioquímica y Farmacia” en la Universidad de Buenos Aires. Con 27 años ingresó en el Instituto de Fisiología de Houssay (Buenos Aires), en donde realizó la tesis doctoral bajo la dirección del Dr. Bernardo Houssay. Obtuvo el doctorado en 1937.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial viaja a Estados Unidos para realizar estudios de especialización, en particular, en la Universidad de Rochester, Nueva York. Comenzó a trabajar en el efecto de los gases en la fisiología. Encontró similitudes en dos procesos biológicos: los efectos que provoca el oxígeno a concentraciones altas y las radiaciones ionizantes. Los pilotos de aviación sometidos a elevadas presiones de oxígeno a menudo experimentaban un envejecimiento prematuro en su piel, muy similar al que provocan las radiaciones ionizantes de baja intensidad. Esta idea de que el oxígeno es dañino debido a que genera radicales libres dio pie a su teoría, conocida como «Gerschman theory» que en 1954 fue publicada en la prestigiosa revista Science.
Rebeca Gerschman fue una mujer comprometida con la ciencia que alcanzó fama y prestigio internacional. Tenía una gran personalidad y un carácter muy fuerte. Le gustaba organizar reuniones en donde hablar de ciencia. Se mantuvo soltera durante toda su vida. Después de trabajar en Estados Unidos durante cerca de quince años, ocupando el cargo de Profesor Adjunto de Fisiología, en 1960 regresa a Argentina.
Allí consigue el cargo de Profesora con dedicación exclusiva de la cátedra de Fisiología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Escribe trabajos y capítulos de libros especializados, relacionados con su teoría. Alterna su labor investigadora con la docencia que imparte en su Cátedra de Fisiología. Aplicó métodos de vanguardia en la docencia. Así utilizaba el cine científico como herramienta de aprendizaje. Mostraba películas que buscaba y conseguía en universidades extranjeras sobre ensayos experimentales de fisiología y farmacología. También invitaba a científicos de prestigio, expertos en Fisiología, a impartir charlas especializadas. Algunos invitados eran extranjeros y daban la conferencia en inglés.
Esta práctica es hoy en día muy habitual en los estudios de posgrado. Fue propuesta en los primeros años de la década de 1980 para el premio Nobel de Fisiología y Medicina.
Lamentablemente, cuando se disponían a entrevistarla para hacer la selección para el premio, la científica argentina se encontraba en un estado muy avanzado de la enfermedad que padecía (un tipo de anemia que ataca de forma inmune a las células de la médula ósea), que hizo que falleciera unos años más tarde, el 4 de abril de 1986 en Buenos Aires.
Rebeca Gerschman abrió una nueva etapa en la investigación en el campo de los radicales libres. Gracias, Rebeca, por tu legado.