Luli Lerner es olá jadashá (nueva inmigrante) llegada a Israel desde la Argentina en medio de la pandemia. Trabaja en un gan (jardín) al que concurren hijos de trabajadores esenciales por lo que su actividad no se ha modificado. Dialogamos con ella para que nos contara cómo fue emigrar de su país en medio de una crisis sanitaria mundial.
Luli contó que aunque la jornada de jardín es un poco más reducida, trabajan con normalidad. Ella comenzó también a trabajar en la OLEI, que es una ONG que se dedica ayudar a olim (inmigrantes) latinos de habla hispana y portuguesa. Indicó que siguen llegando olim latinos casi con normalidad, porque había gente que tenía carpeta abierta hacía tiempo y que, ahora les llegó el momento de la Aliá.
Respecto de los que ya estaban en Israel cuando comenzó la pandemia, dijo que se pudieron acomodar, salvo la gente que vino por ejemplo a trabajar en Turismo, y que obviamente, tuvo que cambiar sus planes. Afirmó que hay trabajo en rubros denominados “esenciales”, como los supermercados, en los que hay oferta continuamente; por lo que, aquellos que no pudieron seguir sus planes iniciales, optaron por esa posibilidad. De todos modos, aquellos que no consiguieron reubicarse, entraron en una licencia paga que otorga el Estado para paliar esta situación, y perciben lo que sería aproximadamente el 75 por ciento de su sueldo. Con ello se pueden ir manejando, hasta que puedan retomar el trabajo.
La situación de desempleo impactó significativamente en el mercado inmobiliario dado que muchos ya no pueden sostener el pago de un alquiler. Tuvieron que cambiar momentáneamente su estilo de vida buscando lugares más económicos, o considerando alternativas diferentes, como la de compartir la vivienda con un shutaf (compañero) -algo muy común en Israel- y de ese modo, dividir los gastos.
Luli, junto a su pareja ya se mudaron a un departamento, después del período de permanencia en el Mercaz Klitá (Centro de absorción) y se declararon “recontrafelices”. Dijo que están armando la casa y que la gente en Israel acompaña y ayuda mucho a los nuevos inmigrantes, les regala muebles, colabora para que la adaptación al país sea lo más llevadera posible.
Por último contó entusiasmada que ya recibieron la primera dosis de la vacuna y que el próximo 6 de febrero será el turno de la segunda.
Por CL/RJ
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