El diario o medio que escoges leer te define

“Dime qué diario lees y te diré cuál es tu posición política” es la visión que se desprende de Mariano Torcal autor de la columna “Creando marca: el papel de las noticias falsas en los medios” (El País 26 07 2022). Sostiene que la publicación de noticias en los principales medios tienen un efecto polarizador entre los ciudadanos, por la fidelidad y relación recíproca que se construye entre sus lectores y el medio al que adhieren. Los conservadores leen medios conservadores, los liberales los medios liberales, los socialistas los medios socialistas y todos ellos funcionan como nichos exclusivos en los que no penetran pareceres distintos a los que ya conectan a los lectores con los medios de su preferencia.

En el extremo, si una noticia falsa es publicada en su periódico preferido, será creída por el lector que no se esforzará por verificarla porque confía en dicho medio. Eso les permite vender bien y barato a los medios, porque no tiene  que esforzarse en gastar tiempo y recursos para comprobar la veracidad de la información. Inclusive no faltan los medios tendenciosos que publican informaciones falsas a sabiendas de que los lectores fieles las creerán con lo que reforzarán la postura que defiende el medio.

El problema es que esta relación exclusiva con un medio termina siendo excluyente con todos los otros y eso no favorece la vida democrática cuya escencia es la tolerancia por las ideas diferentes en busca de un punto de encuentro en el que todos se sientan representados. En la medida que la gente solo elija el medio con el que se identifica y dependa de él para sus posturas personales, sin la apertura para leer ideas opuestas que rápidamente son descalificadas, difícilmente se puede lograr que se construya la vocación por conocerse entre todos y buscar los denominadores comues aceptables para todos.

Eso lleva a la polarización, a los extremos y a la falta de interacción con ideas diferentes, lo cual es central para la vida democrática. También lleva al fanatismo, que hace tan difícil el diálogo entre quienes tienen posturas diferentes, como ocurre por ejemplo cuando en un partido de fútbol de un clásico se pide a los hinchas más acérrimos de un equipo opinar sobre las bondades del otro equipo.

Ser capaces de ver al menos los dos lados de las posturas polémicas es fundamental para construir la vida en democracia y debiera ser una misión imprescindible no solo de todo político y líder de opinión responsable, sino también de toda institución escolar y universitaria en la que los estudiantes adquieren las herramientas fundamentales para vivir con plenitud las virtudes de la vida democrática.

 

León Trahtemberg.